“Esta es una historia sencilla, pero no es fácil de contar. Como en una fábula, hay dolor; y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad”.

Con estas palabras, sobre una neblina de fondo, arranca este precioso filme de Roberto Begnini que ganó más de 40 premios cinematográficos en 1999, incluidos tres Óscars de la Academia de Hollywood: mejor actor, mejor banda sonora y mejor película extranjera.

Guido (Roberto Begnini) es un aventurero que en 1935 llega a Arezzo para trabajar como camarero en el Grand Hotel de su tío.

Nada más llegar al pueblo, conoce a una joven maestra, Dora (Nicoletta Braschi), de la que se enamora inmediatamente. Para conquistarla, lo intenta todo: se hace pasar por inspector escolar, la espía en la Ópera mientras escucha “La Barcarola” de Offenbach, le invita a subir al coche cuando ella piensa que es el auto de su prometido...

Esto último propicia una de las más bellas y divertidas escenas: el paseo bajo la lluvia, con los “regalos” que llueven del cielo (una llave,
una respuesta, un cambio de sombrero) y el sello definitivo de su mutuo amor.